¿Cuál es la relación peso/potencia de los Muscle Cars americanos?

Determinar este aspecto puede hacerte conocer a un hipotético ganador en una competencia.

En la actualidad el downsizing ha afectado la potencia total de los vehículos, pero esto puede no ser del todo malo, pues aunque la fuerza que eroga el motor es importante, tener un bajo peso puede ser todavía más determinante a la hora de acelerar.

Está más que comprobado que el rendimiento de un vehículo mejora cuando éste tiene un peso menor, aunque evidentemente esto debe ser acompañado de una buena dosis de potencia, pues de nada sirve poca masa acompañada de poca fuerza,

Y es que mantener una buena relación entre peso y potencia en tu automóvil es un factor primordial para una mejor aceleración e, incluso, consumo de combustible. No hay un parámetro establecido, pero entre menos masa mueva cada hp, mejores serán las capacidades de aceleración de un vehículo.

Esta tendencia queda demostrada en los súperdeportivos, que a medida de lo posible hacen uso de piezas de aleaciones ligeras para ahorrar peso y en muchos casos no desarrollan un gran nivel de poder. Pero hay casos de fuerza moderada y baja masa que nos entregan buenas sensaciones de manejo, como el Swift Boosterjet, que es dueño de una gran explosividad gracias a esta combinación de factores.

El caso contrario son los muscle cars que cada vez se vuelven más potentes, pero no en todos los casos de aminoran el peso que llevan. Es por eso que hacemos una comparativa entre el Chevrolet Camaro ZL1, el Dodge Challenger Hellcat Redeye y el Ford Mustang Shelby GT500, para determinar cuál es el campeón de la relación peso/potencia.

Antes que nada debemos hacer matemáticas básicas para determinar la cifra final que necesitamos averiguar y para ello es necesario una simple división, pues hay que dividir la cantidad de peso entre los caballos del vehículo. Por ejemplo, el Mazda MX-5 tiene un peso de 1,011 kg y un caballaje de 181 hp, entonces: 1,011/181= 5.6, es decir, cada caballo de fuerza está a cargo de mover 5.6 kilogramos, una muy buena relación.

El Camaro ZL1 es, actualmente, la versión más briosa disponible en el mercado mexicano, con una potencia de 650 caballos y un peso de 1,789 kilogramos. Esto nos entrega una relación 2.7 kg por cada hp.

El Dodge Challenger es la opción con más capacidad de fuerza en esta comparativa ya que desarrolla 797 caballos, aunque es también el más pesado de los tres, con una masa de 2,040 kilogramos. Nuestra operación básica nos dice que este modelo carga con 2.5 kilogramos por cada caballos de fuerza que eroga.

El Ford Mustang Shelby GT500 tiene una relación de 2.48 kilogramos por cada caballo de fuerza, pues tiene una masa calculada en 1,889 kg y 760 caballos de fuerza, siendo el más balanceado de los tres deportivos en cuestión.

Los resultados nos pueden ayudar a concluir que el modelo del óvalo azul se llevaría el premio en una carrera, pues es el que mejor relación ofrece entre peso y potencia. Pese a que el Challenger es el más brioso, el peso extra lo haría quedar como segundo y el Camaro, aunque no es el más pesado, sí es el menos potente y se colocaría tercero.

Para poner esto en perspectiva, un Ferrari F8 Tributo desarrolla 721 caballos de fuerza y apenas pesa 1,510 kilogramos. Aunque tiene menos fuerza que el Shelby y el Challenger, la relación sería de 2.09 kg para cada hp. ¿Tienes dudas de quién ganaría?

Hay videos en diferentes plataformas que confirman estas predicciones, pero la realidad es que hay un sinfín de factores que podrían hacer que los resultados varíen, como el peso extra del conductor, la presión de los neumáticos, el exceso de torque en la arrancada y hasta la reacción de salida del piloto.

Lo que sí es una realidad es que las sensaciones de manejo suelen ser mejores en un vehículo con un balance general adecuado y este ejercicio es ideal para entender que no siempre añadir más fuerza es la respuesta correcta.