El Porsche Macan podría morir dentro de poco tiempo
Nuevos informes señalan que el SUV alemán dejará de existir tal y como lo conocemos en un par de años, dando paso a la versión eléctrica.
Porsche es una de las compañías de automóviles más legendarias del mundo y pese a que su ADN está directamente ligado a la deportividad, ya han empezado a dar pasos grandes en cuanto a electrificación se refiere. De hecho, dentro de un par de años se impulsará aún más este tipo de movilidad, ya que se plantea la desaparición de Macan a gasolina.
Pese a que este SUV compacto es uno de los modelos más populares de la marca, todo indica que su futuro ya tiene fecha de expiración, y en concreto, esto ocurrirá en algún punto del año 2024.
Esta información la declaró Sebastian Staiger, jefe de la línea de productos, a Autocar. Aunque no dio una fecha en concreto, reveló que las versiones a gasolina de Macan podrían ser reemplazadas al 100% dentro de tres años.
Por supuesto, una de las principales causas serían las normas ambientales correspondientes al tema de emisiones contaminantes, que cada año se vuelven más estrictas. Asimismo, aclaró que la decisión aún no es definitiva, pero todo apunta al mencionado 2024.
Por otra parte, se estima que la versión eléctrica de Macan llegue a los pisos de venta en algún momento del año 2023, dando cierto margen para que el público la adopte y se coloque en la preferencia de los compradores.
No es el fin de los vehículos Porsche a gasolina
Aunque esta noticia generará una mala impresión en los entusiastas, esto no quiere decir que Porsche emigrará al 100% hacia propulsores eléctricos o electrificados, ya que la marca de Stuttgart es uno de los principales impulsores de los combustibles alternos.
De hecho, hace un par de días comenzaron con la construcción de la primera planta encargada de producir combustibles neutros en CO2. Estas instalaciones se ubicarán en Chile y para 2026 producirá cerca de 550 millones de litros de e-fuel, combustible que se utilizará en los autos a combustión de Porsche, logrando que la automotriz tenga un balance neutro de CO2 para 2030.