El Bugatti Veyron cumple XV años y esta es la historia de cómo nació

¿Quién dijo que crear uno de los autos más revolucionarios e icónicos fuera un proceso rápido? Así ocurrió el desarrollo del Bugatti Veyron.

Detrás de cada automóvil que vemos circulando en la calle hay un laborioso proceso de desarrollo detrás de él. Aunque sea un coche sencillo, los ingenieros, diseñadores y todos los involucrados invierten años para poder llegar al resultado final. Ahora imagínense lo que ocurre con un vehículo como el Bugatti Veyron, que fue el primer auto de producción en superar los 1,000 caballos de fuerza y la barrera de los 400 km/h. Pues bueno, esta es su historia:

Se van a cumplir XV años del lanzamiento de Veyron, pero su invención es mucho más lejana y a grandes rasgos se la debemos a Ferdinand Piëch, nieto de Ferdinand Porsche y mandamás de Grupo Volkswagen en los años noventa. Todo comenzó en 1997 cuando Piëch, que también era ingeniero de profesión, ideó un motor de 18 cilindros para poder colocarlo en un auto que sería único.

Tras unir tres motores VR6, el resultado fue un colosal propulsor de aspiración natural y casi 555 caballos de potencia, con un desplazamiento de 6.25 litros. Sin embargo, ahora faltaba el auto que lo pudiera utilizar y entre los prospectos que se contemplaron estaba Bentley y también Rolls Royce, pero esta última fue adquirida por BMW y el plan se cayó.

Sin embargo, tras haber comprado un Bugatti Type 57 Atlantic (cosas de ricos), Piëch le propuso a la junta directiva de VW la idea de adquirir los derechos de Bugatti y así, sin darle muchas vueltas al asunto, fue como Volkswagen cerró el capítulo de Romano Artioli como dueño de Bugatti., Por cierto, gracias a Artioli surgió el EB110.

Por otra parte, desde un inicio VW tuvo la idea de revivir la gloria de Bugatti para que fuese igual de prestigiosa que en las décadas de 1920 y 1930. Ahora ya se tenía el motor y también la marca, pero aún faltaba un diseño, el cual fue encargado Giorgetto Guigaro de Italdesign. El resultado fue un sedán conceptual llamado EB118, que vio la luz por primera vez en el Salón de Automóvil de París 1998.

Meses más tarde, ya en 1999, Bugatti presentó un segundo concepto basado en el sedán, cuyo nombre era EB218. Este auto de aspecto, digamos… peculiar, mantenía el motor de 18 cilindros de Piëch, pero con una carrocería de aluminio y rines de magnesio, además de un mayor nivel de lujo, compuesto por maderas finas y cuero de la mejor calidad.

Ese mismo año se presentó el tercer concepto de la marca, llamado EB 18/3 Chiron. El nombre, que años más tarde sería sumamente popular, era un homenaje a Lois Chiron, piloto que ganó varias competencias durante la era dorada de Bugatti. Antes del cambio de milenio, la naciente compañía mostró el cuarto concepto, denominado EB 18/4. Este automóvil tenía una imagen muy parecida a la del auto de producción y fue inspirada por el diseño de Giugaro, pero creada internamente por Harmut Warkub y Jozef Kabañ.

Pero no fue hasta el Auto Show de Ginebra del año 2000 que Piëch hizo el anuncio oficial: Bugatti construiría el automóvil más emocionante de todos los tiempos, con una potencia superior a 1,000 caballos de fuerza, aceleración de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos y una velocidad máxima por encima de 400 km/h.

Aproximadamente seis meses después llegó el gran momento: por primera vez se mostraría ante el mundo el Bugatti EB 16 · 4 Veyron. Esta es la denominación que se le dio al auto final, el cual estaba inspirado en el diseño del EB 18/4, pero con una motorización distinta a la de sus antecesores. Los ingenieros de la marca decidieron utilizar un motor de 16 cilindros, compuesto por dos V8 posicionados en un ángulo de 90 grados entre sí. Gracias a esta configuración en W, el motor resultó más compacto y liviano que el propulsor de 18 cilindros, además de que pudo recibir cuatro turbocompresores (al igual que el EB110).

El desplazamiento quedó en 8.0 litros, la potencia arañaba los 1,000 caballos de fuerza y el par declaraba 922 lb-pie (1,250 Nm). Estos números eran una completa locura para la época y le servían para presumir una velocidad máxima superior a 406 km/h. De hecho, en este punto voy a hacer un breve paréntesis, porque esta cifra no es una casualidad.

¿Recuerdan a Ferdinand Piëch? Pues bueno, en su carrera como ingeniero automotriz tuvo una importante participación en el desarrollo del Porsche 917 (hablo de los años sesenta), uno de los autos de resistencia más legendarios de la historia. Gracias a un motor de 12 cilindros, este vehículo pudo ganar las 24 Horas de Le Mans de 1970 y 1971, entregándole a Porsche su primera victoria en esta competencia.

El punto de toda esta historia es el hecho de que en la primera carrera, el Porsche 917 alcanzó una velocidad máxima de 406 km/h, cifra que jamás olvidaría el señor Piëch; 3 décadas después, al ser el Presidente de Grupo Volkswagen y como genio de la idea de este Bugatti, en su mente sólo había algo muy claro: su nueva creación tenía que ser más rápido que el automóvil que él había desarrollado hace 30 años.

En 2001 ya con todos los planes sobre la mesa, Bugatti confirmó que el EB 16 · 4 Veyron tendría una producción limitada, dando inicio cuatro años más tarde (2005) y culminando en 2015, con un total de 450 ejemplares ensamblados. Es decir, transcurrieron ocho años desde la idea surgida en Ferdinand Piëch hasta que se fabricó el Veyron de producción número 1, con el que dio inicio el primer capítulo en la historia de los hiperautos. El resto del cuento ustedes ya lo conocen.