Pros y contras de los coches eléctricos
¿Estamos preparados para un parque vehicular completamente eléctrico?
No cabe duda que el futuro de la industria automotriz apunta a un solo camino: al de los coches eléctricos. Paradójicamente, este concepto data de finales del Siglo XIX, aunque evidentemente la historia ha cambiado un poco en todo este tiempo.
Cada vez son más las opciones de vehículos impulsados por baterías, pero, ¿es momento de caer en la tentación y comprar uno? La respuesta es relativa, pues cada comprador tiene necesidades diferentes, pero aquí te decimos los pros y contras de tener una de estas máquinas del futuro.
Pros:
No emiten CO2 a la atmósfera, al menos no como un coche de motor a combustión interna, pero cabe señalar que la electricidad se produce dejando una huella de carbono, así que, sí, contamina menos, al menos relativamente.
El mantenimiento en comparación a un vehículo impulsado a gasolina o diesel es menor, lo que sugiere, al menos en la teoría, que serán automóviles durables, pero esto es relativo al uso y condiciones de manejo del automotor.
Además de la contaminación al aire, los eléctricos también disminuyen la contaminación auditiva. Esto puede ser bueno, pero los entusiastas probablemente extrañen el rugir de un V8 o el sonido de un F1, algo que probablemente en el futuro sea difícil de equiparar.
La potencia y el torque son similares y hasta mejores que los motores tradicionales, ya que la transferencia es directa, por lo que la aceleración suele ser mejor en un coche eléctrico.
Actualmente, recargar un coche eléctrico es mucho más barato que poner gasolina a un vehículo, aunque esto depende del sistema de cada marca y la disponibilidad de cargadores.
Contras:
El monto de inversión para comprar un eléctrico es, todavía, significativamente mayor al promedio de un vehículo a gasolina, algo que los hace inalcanzables para muchos, aunque esto con el tiempo va cambiando.
El tiempo de recarga es mayor al de un vehículo que reposta combustible. La tecnología ha mejorado este aspecto, pero no se compara a los 5 minutos que requiere un modelo a gasolina o diesel para pasar de vacío a lleno.
Por ahora la infraestructura continúa siendo ineficiente. Es verdad que los puntos de recarga cada vez son más, pero esto sigue siendo un problema, sobre todo en países donde la venta de estos modelos no es significativa.
Las baterías son relativamente pequeñas, por lo que la autonomía que ofrecen es poca si se les compara a vehículos con motores de combustión interna. Esto poco a poco irá mejorando, pero por ahora es una desventaja para los eléctricos.
Si bien el mantenimiento es menor, un cambio de baterías podría ser muy costoso. Evidentemente este aspecto dependerá de la marca y modelo, pero cambiar una batería de coche eléctrico podría ser más costoso que cambiar un motor de combustión interna.
La lista podría seguir en ambos bandos, pero la realidad es que los coches eléctricos son una forma eficiente y “más limpia” de movilidad, aunque, para adquirirlo, primero se deberá hacer una valoración completa de condiciones de uso, utilidad y presupuesto.